El país se transformó en una plataforma clave para la exportación de cocaína hacia Estados Unidos y Europa, revela informe.
Ecuador se ha convertido en el país más violento de la región, en menos de una década.
La política de mano dura del presidente Daniel Noboa, basada en la movilización militar, logró inicialmente reducir las tasas de homicidios. Sin embargo, esta calma ha resultado ser breve, ya que la violencia volvió a incrementarse.
El informe “Paradise Lost? Ecuador’s Battle with Organised Crime”, de la International Crisis Group, menciona que el aumento de la criminalidad es impulsado por la reconfiguración del narcotráfico. Un problema que transformó a Ecuador en una plataforma crucial de exportación de cocaína hacia los mercados de Estados Unidos y Europa.
El país es estratégicamente vulnerable debido a su ubicación entre los mayores productores de coca (Colombia y Perú). Además, el uso del dólar facilita el lavado de dinero, tiene concurridos puertos marítimos y corrupción en sus instituciones.
Sectorescon mayores problemas
Los puertos del Pacífico, en particular los de Guayaquil, son ahora las puertas de salida más eficientes para grandes cargamentos de cocaína.
El informe menciona que la ola de violencia se ha concentrado en las provincias de la Costa. Aquí reside más de la mitad de la población y ocurre cerca del 70% de los homicidios.
El escenario criminal está dominado por grupos locales como Los Choneros y Los Lobos, cuya feroz guerra territorial fue desatada por la fragmentación de Los Choneros en 2020, tras el asesinato de su líder, Jorge Luis Zambrano, alias Rasquiña.
Estos grupos están estrechamente alineados con carteles mexicanos:
- El Cartel de Sinaloa apoya a Los Choneros.
- El Cartel de Jalisco Nueva Generación apoya a Los Lobos.
La violencia se manifiesta en asesinatos de alcaldes, jueces y funcionarios penitenciarios, extorsiones generalizadas (conocidas como vacunas), y el reclutamiento de niños y jóvenes de barrios desprovistos de servicios básicos.
Estrategia militar
Tras ser elegido presidente en 2023, el presidente Daniel Noboa adoptó una postura contundente contra el crimen. El 9 de enero de 2024, declaró un conflicto armado interno y movilizó a las Fuerzas Armadas para enfrentarse a 22 grupos criminales designados como terroristas.
Noboa también impulsó reformas legales para aumentar las penas, eliminar beneficios penitenciarios y permitir bases militares extranjeras en el país.
La intervención militar y policial, incluyendo la toma de control del sistema penitenciario por parte de los militares, resultó en una pequeña caída en la tasa de homicidios en 2024. Sin embargo, estos resultados han sido irregulares y de corta duración. La primera mitad de 2025 fue el semestre más violento en la historia de Ecuador, con más de 4.500 homicidios registrados.
La corrupción persiste
Pese al despliegue militar, las deficiencias de la estrategia son evidentes. Los grupos criminales, siendo más flexibles, se adaptan rápidamente, desplazando sus operaciones o introduciendo drogas en contenedores antes de llegar a los muelles o cargando embarcaciones en altamar.
La corrupción y debilidad estatal siguen siendo factores clave que perpetúan la inseguridad. El informe menciona que el crimen organizado se ha infiltrado en el sistema judicial, los puertos, las prisiones y los gobiernos locales.
Investigaciones como Metástasis, Plaga y Purga han revelado el alcance de este control criminal sobre las instituciones del Estado. Además, la militarización prolongada de las funciones de seguridad pública ha generado denuncias de abusos a los derechos humanos, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas (43 casos según información de la Fiscalía) y ejecuciones extrajudiciales.
Radio Pichincha

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