Sin rumbo cierto, sin un puerto donde llegar. Así mira a la capital de la República monseñor Alfredo Espinoza, arzobispo de Quito. Por eso, la mañana de este lunes, 2 de agosto del 2021, se ofrece a mediar y así sacar a la urbe de sus “problemas grandes y graves que no se están enfrentando”.
En un comunicado, el prelado de la iglesia Católica también menciona que invita a todos los protagonistas de esta crisis capitalina a que se abra un diálogo, porque es urgente ese ejercicio y dejar de lado “intereses y posiciones personales para encontrar soluciones apropiadas a la crisis que se vive”.
Este llamamiento lo hace, dice, como ciudadano de Quito. Se ofrece, junto con otros quiteños a quienes los ha llamado, a ser mediador en este diálogo, el mismo que “debe buscar siempre el bien de toda esta gran colectividad y no un bien personal”.
Pero ese acercamiento debe iluminar el camino a emprender y cita una reflexión del papa Francisco: “el diálogo y la búsqueda de las verdades, que nos llevan a construir un proyecto común, implica escucha, renuncias, reconocimiento de los errores, aceptación de los fracasos y equivocaciones… implican aceptar la debilidad”.
Solo así, apunta el Arzobispo de Quito, se podrá cantar su emblemático tema: “Lindo Quito de mi vida, yo te canto con amor. Es la tierra de mi vida, donde llora el rondador. Es la tierra bendecida, Capital del Ecuador”.
Al final, agrega: “sí, porque no llora el rondador, llora Quito, todo Quito al ver la realidad en la que está sumergida por una crisis institucional muy profunda. ¿Es lo que queremos para Quito todos los quiteños?”.
Fuente. El Comercio
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